Bora Bora, la isla creada por los dioses.

Bora Bora, también conocida como May Ti Pora, creada por los dioses, o Pora Pora que es su nombre original Tahitiano, significa, la primer nacida, ya que según cuenta la leyenda, Bora Bora habría sido la primera isla que emergió del océano, hace 13 millones de años, formada a partir de un punto caliente volcánico, es decir, un punto por el que brotó el magma del manto terrestre a través de un volcán. Este volcán hoy en día yace sobre una laguna de hermosos colores turquesas.

Los tonos azulados predominan en Bora Bora, mezclados con el verde de sus picos, siendo el Monte Otemanu la montaña más alta, con 727 metros de altura.

Bora Bora ubicada en el Pacifico Sur, es una isla que forma parte de las Islas de la Sociedad que pertenecen a la Polinesia Francesa, situada al noroeste de Tahiti. Es una isla que está rodeada de pequeños islotes, llamados motus, en los que sus fondos marinos y su vegetación son un reflejo de la pureza de la naturaleza de este lugar. 

No es de extrañar que Bora Bora sea una de las islas soñadas para los amantes de los fondos marinos y el destino estrella para las lunas de miel. Todo en ella evoca romanticismo, desde los rojizos, rosados y amarillentos hibiscos que adornan la isla, a cascadas que se abren paso entre la selva i el bosque tropical, a un acuario eterno de vibrantes colores.

Considerada como una de las islas más hermosas del mundo, en ella se pueden encontrar resorts, over water, que son villas sobre el agua, y otros tipos de alojamientos que ofrecen todo lujo de servicios. 

Las vistas panorámicas desde los over water bungalows o desde puntos estratégicos en la isla ofrecen un espectáculo inolvidable, con el sol sumergiéndose lentamente en el horizonte y tiñendo el cielo y el agua con tonos vibrantes de naranja, rosa y púrpura. Estas puestas de sol pintorescas añaden un toque romántico y mágico a la experiencia, convirtiendo a Bora Bora en un destino lleno de sensaciones.

Con un clima suave y cálido todo el año, sus temperaturas se mantienen entre 25 y 30 grados de media, ideal para quienes buscan relajarse, disfrutar de quilométricas playas de arena blanca, y sumergirse en aguas templadas repletas de mantas rayas, tiburones, tortugas e infinidad de peces de colores llamativos. 

Pero Bora es mucho más, ella también aguarda vestigios de la II Guerra Mundial. Se pueden encontrar tanto bunkers y cañones de guerra en tierra, como otros restos bajo sus aguas.

Otra de las cosas que se puede hacer en Bora Bora es conocer Vaitape, la principal localidad de la isla, donde reside toda su vida, con sus 4500 habitantes. Pasear por sus calles pintorescas revela la cultura y la hospitalidad de sus habitantes. Aquí, puedes recorrer coloridos mercados locales, donde los artesanos venden sus productos hechos a mano, desde joyería hasta textiles tradicionales. Además, Vaitape alberga una mezcla única de restaurantes que sirven delicias locales e internacionales, brindando la oportunidad de disfrutar de la exquisita gastronomía polinesia.

También es interesante poder indagar en la cultura tradicional de la Polinesia, conociendo alguno de los marae, que son ancestrales lugares de culto a los dioses y jefes tribales. Algunos de los más importantes son Aehau Tai y Fare Opu.

El Marae Aehau Tai destaca por ser un testimonio tangible de la conexión espiritual de la población local con sus antepasados, con estructuras ceremoniales bien conservadas que invitan a la reflexión sobre la tradición de la Polinesia. Por otro lado, el Marae Fare Opu, además de su impresionante arquitectura, se distingue como un espacio vital para las reuniones tribales y ceremonias colectivas, revelando la importancia de la vida comunitaria en la historia de Bora Bora.

Bora Bora es un destino no solo para aquellos en busca de lujo y comodidad, sino también para quienes desean deleitarse con la cultura y la asombrosa belleza natural que la isla tiene para ofrecer.