Los Surma y sus tradiciones ancestrales.
Al suroeste de Etiopía, frontera con Sudán del Sur y no lejos de Kenia, se encuentra el País Surma. Llegar hasta allí ya es toda una odisea, y se sale por completo de las rutas convencionales, centradas en la visita de otros grupos étnicos, mucho más accesibles, en el Valle del Omo.
Descubriendo el Continente Helado, exploradores de la Antártida.
La Antártida, el continente más frío y austral de la Tierra, ha sido un lugar de misterio y desafío para los grandes exploradores.
Pakistán, el pueblo Kalash.
El pueblo Kalash son un grupo étnico minoritario formado por aproximadamente 3000 personas que viven en la cordillera del hindú Kush, en los remotos valles del Chitral, al Nortoeste de Pakistán. Son uno de los pueblos más antiguos de Asia Central.
Las Mama Benz de Togo: Guardianas de la Tradición Textil Africana.
En el corazón de Togo, las "Mama Benz" emergieron como guardianas de una tradición textil que ha perdurado a lo largo de generaciones.
Guardianes del desierto de Marruecos, los Bereberes.
En el vasto y árido desierto del Sáhara, los bereberes, tras sus prendas azules, han forjado una identidad única a lo largo de los siglos.
Los Baka, los habitantes de la selva centroafricana.
Los Baka, los últimos cazadores y recolectores del mundo, habitan en las selvas tropicales de Camerún, República Centro Africana, el Congo y Gabón. Es una comunidad que habita en las profundidades de las selvas centroafricanas, donde viven en armonía con el entorno.
La lucha de las mujeres tejedoras mayas.
En 1789, en plena revolución francesa, la Asamblea Nacional Constituyente aprobó la Declaración de los Derechos del Hombre y el ciudadano, un documento que solo recogía los derechos fundamentales de los hombres, obviando así a la mujer.
El ocaso del reino de las mujeres Mosuo.
Las mujeres Mosuo no dependen de un hombre para vivir, para tener ingresos, ni siquiera para cuidar de sus hijos. Ellas heredan bienes, propiedades y riquezas de sus madres.
Los Kazajos, cetreros milenarios.
Aún no despuntan las primeras luces del día. En la penumbra, Nergüi distingue a su madre avivando el pequeño fuego con el que calentará el té, que junto con algo de queso y yogur, formará parte del desayuno de esa mañana.