¿Qué hace tan especial a las Islas Galápagos?

Hay lugares en la tierra que nos cautivan solo con oír su nombre, ese es el caso de las Islas Galápagos, o como se conocen también el archipiélago de Colon.

A unos 1000 km de la costa Ecuatoriana, se encuentra un archipiélago de antiguos volcanes que sobresalen del mar. Las “Islas Encantadas”, las islas nacidas del fuego, y hogar de una increíble colección de especies sin rival. Ese mundo perdido, inspiración de Darwin, una ventana al pasado, a nuestra evolución, un lugar que cambiaría para siempre nuestra visión del mundo natural y nuestra historia.

Las Islas Galápagos es un lugar repleto de contradicciones, formado por un total de 13 islas de tamaño superior a los 10 km², 6 medianas de superficie inferior y 215 islotes, es el hogar de criaturas tan únicas y carismáticas como tortugas marinas, delfines, tiburones, ballenas, iguanas, fragatas, lagartos, cormoranes, albatros, leones marinos, tiburones martillo y pingüinos, sí, sí, incluso pingüinos. En ellas sus áridos desiertos se entremezclan con paisajes de bosques frondosos y una tierra de lava volcánica endurecida, como si se tratara de un mar enfurecido petrificado, conforman un increíble ecosistema.

Se cree que su formación se remonta a hace algo más de 5 millones de años, como resultado de la actividad tectónica. Las islas más recientes son Isabela y Fernandina, dos islas que todavía están en proceso de formación, tal y como evidencian las erupciones que han tenido lugar desde finales de junio de 2018.

Las islas Galápagos fueron descubiertas por casualidad en 1953, cuando el barco del obispo de Panamá, Fray Tomás de Berlanga, se desvió de su destino inicial, Perú.

Más tarde se convertirían en el escondite predilecto de piratas ingleses y españoles, ya que las nieblas que se originaban a su alrededor, las hacía incluso desaparecer a la vista. La primera expedición científica que llegaría a la zona sería en 1790 y estaría dirigida por el español Alejando Malaspina, pero sus registros nunca serían publicados.

No sería hasta entrado el siglo XVII que se empezaría a poblar la zona, especialmente por colonos ingleses que vinieron atraídos por las capturas de ballenas, cachalotes y leones marinos.

Charles Darwin y la Ta. De las especies

Pero si las Galápagos han ocupado un lugar en la historia de los hombres, ha sido por los trabajos de Charles Darwin. Este joven naturalista inglés, a bordo de la Nave de investigación Beagle en una expedición capitaneada por Robert FitzRoy. El objetivo de esta expedición era el de cartografía y sondear diversos lugares remotos, poco visitados, entre los que se encontraban puntos tan distantes como Valparaiso, Callao, Islas Galápagos, Tahití, Nueva Zelanda o Australia. En marzo 1835 Charles Darwin arribó a las Galápagos. Durante su recorrido por las distintas islas del archipiélago, Darwin observó las distintas variantes de pinzones con rasgos diferenciales según su hábitat o costumbres. Ese, junto con las observaciones que llevaba realizando durante toda la expedición, le llevaron a la confección de la teoría de la evolución que plasmaría en su obra "El origen de las especies", publicada en 1859.

Cuál es la mejor época para ir a las Galápagos

El clima y la fauna marcarán los mejores meses del año para visitar las islas Galápagos.
El clima de este archipiélago se divide en dos estaciones, la seca y la cálida, que tienen lugar dos veces al año cada una. Es en las épocas de transiciones de la seca a cálida o de la cálida a seca, cuando se tienen lugar los acontecimientos más especiales entre la fauna que habita o transita por las islas.

Estos son los meses de abril, mayo y junio, por un lado; y noviembre, diciembre y enero, por otro. Durante esos meses, los cetáceos del norte migran hacia el sur, los lobos marinos establecen sus territorios, los albatros regresan hacia la Isla Española, las fragatas inician su período de reproducción e inflan sus buches buscando pareja, las aguas se convierten en cálidas y las hacen ideales para el snorkeling y las aves migratorias surcan los cielos de sur a norte. Además, abril y mayo son los meses en los que los particulares piqueros de patas azules realizan su cortejo nupcial, pues inicia su época de reproducción.

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