La esperanza de los osos polares en Groenlandia.

Groenlandia, una isla autónoma perteneciente al Reino de Dinamarca, alberga una variada vida silvestre adaptada a las duras condiciones del Ártico, entre ellos, los supervivientes osos polares. 

Hay seis poblaciones de osos polares en todo el país, 20 en todo el mundo. Un último grupo se ha localizado en los últimos años en el sureste de Groenlandia, donde actualmente residen dos poblaciones separadas. 

Esta comunidad de osos polares reside entre las escarpadas cumbres montañosas al oeste y la vasta extensión de hielo de Groenlandia, la cual se extiende hacia el horizonte occidental, las aguas abiertas del estrecho de Dinamarca al este y la veloz corriente costera de Groenlandia oriental, que se erige como una amenaza en alta mar.

Esto explicaría su comportamiento “casero”, ya que este grupo se mueve entre escasos kilómetros dentro del territorio, a diferencia de otros, muy probablemente porque sienta el peligro fuera de estas limitaciones geográficas. Aun así, estos osos aprovechan los fiordos para desplazarse y también recorren las montañas para acortar los caminos.

En Groenlandia existe un equipo de científicos que lleva años, por encargo del gobierno de la isla, documentando una subpoblación de osos polares que viven en el sureste del archipiélago, hasta ese momento solo conocida por los cazadores.

Los osos polares están protegidos en Groenlandia, sin embargo, se permite la caza controlada de estos animales. 

En una primera fase de esta investigación, los cazadores han cooperado durante años con los científicos, aportando dientes y lenguas de los osos cazados para la recopilación de datos: a través de los dientes se puede saber la edad del oso y con la lengua se pueden realizar análisis del ADN, consiguiendo información sobre funciones del cuerpo, mutaciones, enfermedades, etc. 

En una segunda fase, los científicos sedaron a los osos polares localizados para marcarlos con unos tatuajes y con collares radiotransmisores que permitían rastrearlos y saber los lugares donde se movían, proporcionando así información valiosa para el estudio. 

El ecosistema dónde viven son fiordos donde el mar se congela solamente unos cuatro meses al año. Durante estos meses, desde febrero a finales de mayo, este grupo sí que caza de manera convencional, es decir, buscando las focas en sus madrigueras o en los agujeros que crean en los bloques de hielo para respirar.

Actualmente, siguen investigando a esta comunidad que ha revelado datos fascinantes, como que es la población de osos polares más aislada genéticamente del planeta. 
Lo que sorprende es que sea tan diferente al otro grupo de osos polares del sureste de Groenlandia, por su proximidad geográfica, además no se mezclan con otras poblaciones y su comportamiento es distinto, incluso la forma que tienen de cazar, atrapando a las focas entre trozos de hielo de agua dulce que se desprenden de la capa de hielo de Groenlandia, cuando el resto de los osos polares utiliza esta capa como plataforma para poderlas cazar.

Es muy probable que este comportamiento se deba a su diferencia genética, pero sobre todo a su adaptación al medio, trasladando la experiencia de las hembras polares a sus crías, para asegurar su supervivencia.  Sea como fuere, los estudios que se seguirán realizando servirán para confirmar o desvelar estas incógnitas.

Este proyecto servirá también para incrementar la población de osos de forma sostenible, ya que éstos se enfrentan a muchos desafíos, dado que la caza de estos animales sigue latente en Groenlandia, y añadiendo que hasta allí también llegan los contaminantes de lugares industrializados y la afectación del cambio climático, con el consiguiente calentamiento global que destruye su hábitat.

No solo Groenlandia es responsable de la preservación de estos animales, el mayor implicado en ello debería ser Canadá, que posee una población de osos polares de unos 16.000 ejemplares, que constituyen los dos tercios de la población mundial de osos polares (de 20.000 a 25.000). En Canadá se comercializa con las pieles y la carne tanto a nivel nacional, como internacional.

Se estima que, en el año 2050, la población de osos polares habrá quedado reducida a tan solo unos 6.000 u 8.000 ejemplares en el mundo. Es responsabilidad de todos, pero sobre todo de las grandes potencias que permiten la caza y la comercialización de su carne y pieles, que tomen cartas en el asunto, ya que, si no, estos preciosos animales en peligro de extinción dejarán de existir.