La herencia Vikinga y sus asentamientos en los Fiordos Noruegos.
Los vikingos, hábiles marineros y guerreros intrépidos, dejaron su huella en la historia. Los Fiordos Noruegos, les sirvieron de refugio en sus asentamientos, con sus aguas serpenteantes y sus montañas imponentes.
El pueblo Vikingo, fue un pueblo audaz, con ansia constante de crecimiento que le llevó a movilizarse e ir en busca de nuevos territorios en los que asentarse.
A pesar de que los vikingos estaban activos en el mar Báltico desde el siglo VII, su llegada a Noruega se intensificó a inicios del siglo VIII y permanecieron hasta el s XI.
A este período se conoce como la Edad Vikinga, y fue entonces cuando estos exploradores y guerreros se asentaron a lo largo de toda la costa Noruega, haciendo uso de las formas naturales del territorio, para combatir al enemigo.
La geografía única de los fiordos Noruegos, representaba un lugar estratégico para cobijarse y hacer frente a posibles asedios. Su habilidad en la navegación, les permitió adentrarse por estrechos fiordos, que les proporcionaban un refugio natural y acceso a tierras fértiles.
Los vikingos, rediseñaron sus barcos, para poder navegar en aguas poco profundas y conseguir así, llegar a nuestros territorios inaccesibles para otros.
La conexión entre los vikingos y los fiordos va más allá de la elección de lugares estratégicos para asentarse. Al adaptar sus embarcaciones al entorno, les permitía adentrarse en territorios donde establecían lazos comerciales con las comunidades locales.