La laurisilva de la Macaronesia (Madeira, Azores, Cabo Verde).

Reliquia de un tipo de bosque de laurel muy abundante en épocas pasadas y hoy prácticamente extinta, la laurisilva, ecosistema maravilloso, con árboles de misteriosas formas, tiene un gran atractivo por ella misma. 

Visitar la laurisilva ofrece una experiencia surrealista y multisensorial, donde olores, sonidos y vistas de la naturaleza se complementen y suman para crear un ambiente muy especial.

Qués es la laurisilva

Es un tipo de bosque nublado subtropical, propio de lugares húmedos, cálidos y con leves heladas o sin ellas. Es la vegetación que se adapta a lugares con muy poco contractes climatológicos sobre el año, es decir con las estaciones poco marcadas. Se puede llamar igualmente selva templada o bosque laurifolio.

Existen 3 regiones geográficas amplias sobre nuestro globo terrestre: 

-La confluencia de Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay, 
-La zona de la costa de Chile y sureste argentino, 
-La macaronesia: Islas canarias, Madeira, Islas Salvajes, Azores y Cabo verde.

También existen otras zonas más locales cuyo microclima es favorable a la laurisilva.

Solo algunas especies de laurisilva pertenecen a la familia del laurel, aunque el aspecto de la mayoría recuerde a estas plantas, esto se debe a convergencia evolutiva. De este hecho toma su nombre.

Un poco de meteorología 

Los bosques nublosos se desarrollan mayoritariamente alrededor de las montañas, ya que la densidad humedad proveniente del mar o del océano se precipita contra el relieve. El mecanismo es el siguiente:  las masas de aire cálido y húmedo se ven obligadas a aumentar su altura al chocar contra el relieve, lo que las enfría y disminuye su punto de rocío (temperatura de condensación) y hace que se condense la humedad y precipite en forma de niebla o lluvia, creando un hábitat saturado en agua en el ambiente y el suelo. 

Especificidad de la vegetación

Como en cualquier otra selva, las plantas de la laurisilva han de evitar el exceso de humedad que podría suponer un problema. Para ello han adoptado una estrategia común, han desarrollado hojas que repelen el agua de su superficie. La llamada hoja de laurel (o lauroide), gracias a la abundante capa de cera y a su punta corta que favorece el goteo, se mantiene seca a pesar de la humedad ambiental, lo que permite la transpiración y la respiración de la planta. 
A esta estrategia se suman otras, como el crecimiento en liana y el crecimiento sobre otra especie. 

Peligro de extinción

La laurisilva ha padecido antaño por subsistencia de las poblaciones, más adelante por los cultivos coloniales y sigue estando en grave peligro.

Le agreden las talas para obtención de madera, la quema accidental o para obtener terreno de cultivo o de pasto, plantaciones exóticas, campos de golf o equipamientos turísticos, introducción de especies animales o vegetales exóticas…

La mayor parte de la biota se encuentra en grave peligro de extinción. La flora de la laurisilva es mayoritariamente vigorosa y resistente, se regenera con facilidad. El peligro proviene más bien de la enorme presión que soporta.
El deterioro climático y el impacto de los humanos empobrecen la laurisilva. Para que se pueda conservar, sus requerimientos hídricos deben ser satisfechos a lo largo del año. De cómo influye el cambio climático en el mar de nubes dependerá la supervivencia de este ecosistema. Según los modelos meteorológicos, el mar de nube debería ir descendiendo y estar a la altura de las tierras ocupadas por urbanizaciones y cultivos. 

Lugar de vida

La laurisilva sigue siendo un ecosistema muy rico en especies, sobre todo en animales invertebrados. Está formada por una biodiversidad paleo endémica.

La laurisilva de la macaronesia

La flora de la laurisilva de macaronesia procede de tierras continentales que derivaron. Esta flora se adaptó a su ubicación actual. Esto hace que la mayoría de las especies siempre han estado adaptadas a la depredación de los herbívoros. Así cuando en la historia reciente, se introdujeron los grandes herbívoros, la flora en su mayoría podía defenderse y sufrir daños menores en comparación a los daños sufridos por la laurisilva de por ejemplo Nueva Guinea, Nueva Zelanda o Nueva Caledonia. 

A la vez la laurisilva de macaronesia evolucionó independientemente, lo que ha originado numerosos endemismos.
Está caracterizada por suelos profundos con una gran variedad de árboles, plantas de sotobosque y especies de insectos y animales adaptados a un 80% de humedad. La solemos encontrar al norte de las islas, condicionada por los vientos alisios, entre 400 y 1 500 metros de altura. 

La cantidad de agua y la orografía hace que nos encontremos muchos arroyos, cascadas y pozas. El agua cubre y empapa las plantas, las rocas, los troncos, musgos, etc. 
Tienen una bóveda que puede llegar a medir entre 35 o 40 m, aunque en el pasado es posible que fueran aun más altas.

La laurisilva de Cabo Verde, ¿mito o realidad? 

No nos engañemos, el nombre Cabo Verde es dudoso dada la aridez de las islas. Resalta el contraste que existe entre los períodos de sequía severa y las estaciones de lluvia, cuando la vegetación de repente se vuelve exuberante.
La flora del archipiélago tiene solo 300 especies, entre las que se encuentran las plantas leñosas del Sahel y el famoso drago de las islas de la Macaronesia. Otras 200 fueron introducidas por los portugueses, incluido el sisal para la fabricación artesanal de cestería. 

La deforestación por la erosión natural, los rebaños de cabras libres, el consumo de leña y la extensión de cultivos empobrecen las tierras. 
Sin embargo, un programa de plantación ha permitido la reaparición de densos bosques en las islas de Santo Antão y São Nicolau.

En Cabo Verde el “monte verde” se sitúa principalmente en Santo Antão, una isla con muchos contrastes. Es en las alturas que descubrimos unas panorámicas que quitan el aliento. Llegados a la cumbre nos damos cuenta de que la parte norte de la isla es totalmente diferente. Los valles se tiñen de un verde deslumbrante, cultivos en terrazas donde se pueden distinguir las hojas de los plataneros, los tallos de la caña de azúcar y los frutos de los árboles de mango. Un paraíso tropical que no debe perderse durante un viaje a Cabo Verde. Una naturaleza que invita a ser visitada.

La laurisilva de Azores

En estas islas encontramos en la laurisilva, cedros, hayas, helechos gigantes, magnolias, hortensias, azaleas y calas. Algunas especies son autóctonas, como pau-branco (picconia azorica) y el sanguino, y otras, fruto de la introducción del ser humano como las criptomerias, las araucarias y el metrosidero. Todas han encontrado un hábitat propicio.
En la isla de Sao Miguel, en Ribeira dos Caldeiroes, existe un sitio muy bonito para hacer una ruta de senderismo sencilla, muy verde, con cascadas y un bosque húmedo y frondoso con una gran cantidad de eucaliptos. También se puede aprovechar para ahondar en nuestros conocimientos botánicos y visitar el Jardín botánico.

En Azores, podrás disfrutar en la laurisilva de naturaleza en estado puro con una vegetación exuberante.

La laurisilva de Madeira

La “Floresta Laurissilva da Ilha da Madeira” es muy valiosa por su tamaño y calidad. Es un lugar natural declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1999. Es ni más ni menos el bosque de laurisilva más grande del mundo y de crucial importancia para la conservación de la biodiversidad. 
Los estudios de los paleobotánicos en la isla de Madeira han revelado que el bosque laurisilva existe en esta isla hace al menos 1,8 millones de años.
Esta compuesta mayoritariamente por laureles y plantes afines, helechos y preciosas flores con una fauna típica, especialmente pájaros.
Algunos árboles de esta joya vegetal tienen más de 800 años. Acogen especies raras i endémicas de murciélagos y aves.

La laurisilva Macaronésica, lugar con aires fantásticos, poblada de grandes arboles con un toque mágico, os dejará impregnados de un recuerdo de un verde intenso, repleto de fertilidad y vida a su paroxismo.